Cuando nos referimos a las úlceras, ya sean de origen vascular, UPP u otros tipos, con excepción de las de origen tumoral, lo hacemos con el término crónico cuando vemos que la úlcera no mejora a lo largo del tiempo y nos conformamos con mantenerla limpia y estable.

Con esta ponencia queremos animar a nuestros compañeros a no tirar la toalla, a basándose en la evidencia científica, volver a reevaluar y ver qué es lo que esta fallando.
Presentamos 4 casos (úlcera por presión, vascular, linfedema y pie diabético) de ulceras de diferente etiología y años de evolución donde queremos insistir en la importancia de la reevaluación periódica.
En cada caso se hace una evaluación completa de la úlcera y del paciente y se procede a las intervenciones enfermeras en función de todas las variables encontradas.

Se realiza una reevaluación periódica, estando atentos a los posibles cambios, a fin de adecuar el tratamiento. Es importante realizar un seguimiento fotográfico que nos permite evaluar objetivamente la evolución.
En los cuatro casos se ha conseguido cerrar las ulceras.

Existe evidencia científica de la importancia de una correcta valoración inicial, de elegir el tratamiento adecuado y efectuar los cambios en los hábitos de vida del paciente necesarios para favorecer la cicatrización.
La enfermera de Primaria, mediante una buena valoración de úlceras y llevando a cabo las reevaluaciones oportunas, es capaz de curar muchas úlceras, pero también tenemos que ser conscientes de cuando debemos derivar porque no tenemos los suficientes medios o se escapa de nuestras competencias.
Retirar de nuestras mentes el término “crónico” asociado a úlcera, ya que incluso las mayores, infectada o de años de evolución pueden cicatrizar.