La Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) le envía esta Carta Abierta, escrita por nuestro compañero y presidente, José Ramón Martínez Rieraal Diario El Mundo por el reportaje de Alberto Di Lolli y Rodrigo Terrasa "24 horas en una patrulla de emergencias: He aprendido a bailar con la muerte" con foto en la portada de la edición en papel del día 15 de abril de 2020.

NO HAY MAYOR DESPRECIO QUE NO MOSTRAR APRECIO

Una vez más, es imposible contabilizar el número, los medios de comunicación, en este caso EL MUNDO, vuelven a deformar la realidad con sus narrativas estereotipadas y llenas de tópicos, con las que logran perpetuarlas en la sociedad.

Hoy en la portada de EL MUNDO se publica el artículo "24 horas en una patrulla de emergencias: He aprendido a bailar con la muerte", en el que se incorporan varias afirmaciones que no tan solo no responden a la realidad actual sino que además son clarísimas incorrecciones producto de la ignorancia o de la falta de interés por aquello que se escribe.

Para empezar, el pie de página de la fotografía que ilustra el artículo dice textualmente "La doctora Nerea Bueno y su enfermera certifican la muerte de un hombre en un piso de Valencia minutos después de recibir un aviso de asfixia" en el texto se dice, también, "Acompañamos durante una jornada de guardia a Nerea Bueno, médico del SAMU en Valencia. Su ambulancia recorre...".

Parece ser que la condición de médico otorga la capacidad de posesión de cuanto le rodea, enfermera, ambulancia... Cuando realmente no es así. Tanto la ambulancia, como la enfermera que no merece, tan siquiera, ser identificada por su nombre, no son posesión ni de la médica ni de nadie. Son un recurso y una profesional que forman parte de la dotación del SAMU, como lo es también el técnico de emergencias que les acompaña y que ni tan siquiera se identifica en el artículo. Será que aún no es de "su" propiedad.

¿Es acaso el profesional que hace la fotografía de la noticia el fotógrafo del periodista que realiza el artículo, es decir, "su fotógrafo"?.

Pero, además, en esta última frase "Acompañamos durante una jornada de guardia a Nerea Bueno, médico del SAMU en Valencia", denominan como médico a quien realmente es médica, aunque sea admitido popularmente así. Sin embargo, cuando se trata de hablar de las enfermeras no utilizan el mismo criterio la mayoría de periodistas, pasando a utilizar el masculino o el neutro e incorrecto "personal de enfermería".

Pueden parecer nimiedades, pero se trata de una reiteración que fagocita el valor de las enfermeras al convertirlo en propiedad de otra/o profesional e invisibiliza al colectivo a quien ni tan siquiera da la oportunidad de identificar.

¿Hasta cuando vamos a tener que soportar las permanentes incorrecciones de quienes tienen que informar de manera veraz a la población?.

Y para acabar, cuestionar la oportunidad ética y estética de la fotografía utilizada que supone un póstumo alegato de robo de dignidad de la víctima. No creo, finalmente, que sea una cuestión de ignorancia, simplemente es que no les importamos. Y no hay mayor desprecio que no mostrar aprecio.