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5. Trabajo nocturno e IMC en los profesionales de un hospital comarcal

 

Autores

1 Mª Rosario Gómez Romero
2 Alicia Fernández Martínez
3 Victoria Gómez Vivó
4 Javier Ferrando Enguix
5 Laura Martínez Micó
6 Luis Celda Belinchón

  1. Profesora escuela de Enfermería “La Fe”. Universidad de Valencia. Miembro grupo de investigación GREIACC. Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe). Valencia.
  2. Enfermera del Hospital Francesc de Borja. Gandia (Valencia).
  3. Enfermera del Hospital de Manises. Valencia.
  4. Enfermero Consultorios Auxiliares de Salem i Rafol de Salem. Valencia.
  5. Enfermera de Hospital Dr. Peset. Valencia.
  6. Profesor de la Escuela de Enfermería Hospital “La Fe”. Universidad de Valencia. Miembro grupo de investigación GREIACC. Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS LA Fe). Valencia.

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Resumen

Objetivo: los problemas de salud relacionados con el trabajo suponen un impacto tanto social como sanitario y económico importante en las empresas. El trabajo a turnos, y en concreto el nocturno, lleva intrínseco el potencial para interrumpir el ciclo sueño-vigilia, pudiendo provocar un deterioro de la salud física debido a disfunciones del sueño y alteraciones de los hábitos alimentarios relacionadas con la aparición de obesidad y sobrepeso. Para la Organiación Mundial de la Salud (OMS), tanto la obesidad como el sobrepeso son problemas de gran interés, por actuar como factor de riesgo de un amplio grupo de enfermedades metabólicas y motoras. El objetivo general de este estudio fue investigar la prevalencia del sobrepeso y obesidad, así como determinar la relación entre trabajo rotativo con horario nocturno e índice de masa corporal (IMC) elevado. 

Método: para ello se realizó un estudio observacional descriptivo transversal en una muestra formada por 904 trabajadores que acudieron al servicio de Riesgos Laborales de una área de salud de la comunidad valenciana, durante el año 2015. 

Resultados: los resultados muestran que el sobrepeso y la obesidad son más frecuentes en la jornada laboral nocturna, coincidiendo la prevalencia de obesidad de la muestra con la de la población global de la Comunidad Valenciana en ambos sexos. 

Conclusiones: el trabajar a turnos en edades comprendidas entre los 41 a 50 años, así como los trabajadores con categoría profesional de oficios, se asocia a un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad.

Palabras clave: personal de salud; sobrepeso obesidad; índice de masa corporal trabajo nocturno.personal de salud; sobrepeso obesidad; índice de masa corporal trabajo nocturno.

 

Title: Graveyard shift work and BMI in workers in a district hospital

Abstract

Purpose: health problems related to work have a large social, health and financial impact in companies. Shift work, and specifically graveyard shift, implies a potential of sleep-wakefulness cycle disruption, and may cause physical health impairment due to sleep dysfunction and eating habits changes related to obesity and overweight. According to WHO, both obesity and overweight are highly relevant issues, because they act as a risk factor for a large group of metabolic and motor diseases. The main purpose of the current study was to investigate the prevalence of overweight and obesity, and to assess the relationship between rotating work schedules with a night shift and a high body mass index (BMI). 

Methods: a cross-sectional descriptive observational study was carried out in a sample of 904 workers attending to the Work Risk Service in a healthcare area in the Autonomous Community of Valencia in 2015. 

Results: study findings showed that overweight and obesity are more common in night shift work with obesity prevalence data being consistent with those from general population for both sexes in the Autonomous Community of Valencia. 

Conclusions: shift work at ages 41-50 years and trade work category are associated to a higher risk for overweight and obesity.

Keywords: healthcare workers; overweight, obesity; body mass indexnight shift work.

 

Introducción

Las alteraciones de salud debido a los riesgos generados en el trabajo, en el hogar y en la comunidad son el ámbito de estudio de la salud laboral y de la salud ambiental. Como parte de la salud pública, su objetivo es garantizar que las condiciones en las cuales la población vive y trabaja sean saludables, y por ello trata de identificar, caracterizar, vigilar, controlar y evaluar los efectos de los distintos factores de riesgo sobre la salud humana. Sobre la base del modelo biopsicosocial de la enfermedad, la salud laboral se centra en el entorno de trabajo en la medida en que este afecta al trabajador. Las condiciones de trabajo generan factores de riesgo que puede favorecer tanto la agravación de enfermedades crónicas prevalentes en la población general como acelerar los procesos de envejecimiento (1).

El trabajo nocturno y a turnos está cada vez más extendido por diversas razones como son las económicas, de producción o por motivos sociales. Desde el punto de vista de salud laboral, el trabajo a turnos debe organizarse teniendo en cuenta que se ha de prevenir su implicación sobre la salud de los trabajadores, tanto a nivel físico como psicológico o de interacción social (2). Se considera trabajo a turnos “toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual las personas trabajadoras ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, siguiendo un ritmo determinado, continuo o discontinuo, que implica para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes dentro de un periodo determinado de días o semanas” (Estatuto de los trabajadores). El trabajo nocturno es aquel que se realiza entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, tal como lo define el artículo 36 del Estatuto de los trabajadores. Se considera personal trabajador nocturno a quien desarrolle normalmente en periodo nocturno como mínimo tres horas de su jornada diaria de trabajo, así como a la persona trabajadora que se prevea que puede realizar dentro de este periodo al menos un tercio de su jornada de trabajo anual (3,4). Los trabajos en condiciones especiales requieren actuaciones concretas (5). 

Dentro del sistema de salud esta forma organizativa es imprescindible para garantizar la continuidad de los cuidados. Este hecho lleva intrínseco el potencial para interrumpir el ciclo sueño-vigilia (6), pudiendo manifestarse por un deterioro de la salud física por disfunciones del sueño y alteración de los hábitos alimentarios entre otros, factores de riesgo para las enfermedades crónicas no transmisibles (4,5,7). El abordaje de estas enfermedades se ha convertido en prioritario para la Salud Pública del siglo XXI (Organización Mundial de la Salud [WHO], 2014). 

Durante el sueño ocurren muchos cambios fisiológicos en la respiración, función cardiaca, tono muscular, temperatura, función hormonal y presión sanguínea (8). El organismo humano está configurado para trabajar de día y descansar de noche.

Los turnos laborales, y concretamente el turno de noche en un trabajo, pueden ser extenuantes así como cronodisruptivos (8,9). Las personas que trabajan a turnos padecen con frecuencia lo que se denomina desalineación circadiana o interrupción del “reloj biológico”, el encargado de avisar al cerebro para iniciar y finalizar el sueño, al tener invertidos el ciclo vigilia-sueño. El trabajo nocturno motiva en la sangre a que los niveles de leptina se reduzcan (10), lo que aumenta el riesgo de obesidad a largo plazo (11). Incluye un nivel más elevado de la hormona cortisol (estrés) así como el aumento de la presión arterial. Por tanto, el trabajo a turnos/nocturno puede causar alteraciones del metabolismo glucolipídico y de la secreción de insulina y provocar el desarrollo de la obesidad central (10,11). La alteración del sueño hace que las hormonas del apetito se desorganicen (12), afecta negativamente a los hábitos de alimentación, al propio sueño, a la actividad física, al nivel cognitivo al disminuir la memoria y la atención (9,13-15) y a la vida social (16,17), aumentando la predisposición a sufrir trastornos como el sobrepeso, la obesidad o el estrés, factor de riesgo en la cronicidad de diversas patologías como la diabetes, aumento de la presión arterial, problemas cardiacos, alteraciones metabólicas y musculoesqueléticas (8,13,18); así como la disrupción en las relaciones sociales y la menor actividad física (16,17).

Según la OMS (2017), la obesidad y el sobrepeso pasan a convertirse en un problema de gran interés por actuar como factor de riesgo de un amplio grupo de enfermedades metabólicas y motoras, que afecta a un 15-30% de la población adulta según la propia organización. Se define como un aumento de la grasa corporal o bien como un exceso de peso respecto del peso estándar en relación con la talla, el sexo, la edad y el ejercicio físico. 

Está demostrado que trabajadores enfermos o malnutridos aumentan el absentismo laboral, disminuyen la productividad con resultado de aumento del gasto en la empresa (19-22). La alimentación y el sedentarismo son factores de riesgo modificables y su abordaje debe incluirse también en los lugares de trabajo.

Dentro del proceso operativo una de las actividades a desarrollar por los especialistas de enfermería es la vigilancia de la salud de los trabajadores en el ámbito individual y colectivo, mediante la investigación de posibles alteraciones de la salud relacionada con los factores de riesgo que puede producir su trabajo, pudiendo posteriormente desarrollar actividades de promoción de la salud y actividades preventivas.

El objetivo general de este estudio fue investigar la prevalencia de sobrepeso y obesidad, así como determinar la relación entre trabajo rotativo con horario nocturno e índice de masa corporal (IMC) elevado.

 

Material y métodos

Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal en un servicio de Riesgos Laborales de un área de salud de la Comunidad valenciana que proporcionan cobertura asistencial a 2.100 trabajadores. 

La muestra estuvo formada por 904 trabajadores que acudieron al servicio de prevención para realizar su examen de salud, según establece en 1995 la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), durante el año 2015, con la misma categoría profesional y turno; excluyendo aquellos trabajadores que no tuviesen todos los registros cumplimentados que coinciden con las variables de estudio.

Las variables de estudio fueron: edad, sexo, categoría profesional (médico/a, enfermero/a, técnicos en cuidados auxiliares en enfermería (TCAE), técnicos sanitarios, personal administrativo, celadores, oficios y otros técnicos), turno de trabajo (dividido en jornadas de mañana de 8 a 15 horas, tardes de 15 a 22 horas y noches de 22 a 8 horas del día siguiente o bien mañanas de 8 a 20 horas y noches de 20 a 8 del día siguiente o 24 horas seguidas con horario nocturno como mínimo 1/3 de su jornada laboral anual) (3,4). Para esta investigación los trabajadores se dividieron en dos grandes grupos, los que no tenían horas nocturnas en el desempeño de su trabajo y los que sí las incluían. Otras variables estudiadas fueron el ejercicio físico y el IMC. El IMC es la medida ideada por el estadístico belga Adolphe Quetelet en 1869, es una razón matemática que asocia la masa expresada en kilogramos y el cuadrado de la estatura en metros al cuadrado, convirtiéndose en un indicador apropiado y fiable estableciendo los límites y criterios de sobrepeso y obesidad (> 18,49 bajo peso; 18,5 a 24.9 normopeso; 25 a 29,9 sobrepeso y ≥ 30 obesidad) utilizados por la OMS (23). 

Los datos obtenidos fueron tratados con el programa de análisis estadístico G-Stat 2.0. y el software de Microsoft Excel. Se utilizaron los estadísticos descriptivos, números absolutos, frecuencias porcentajes prevalencia y tasas de respuestas. Como medida de asociación entre variables se utilizó el estadístico R para el análisis multivariante con un IC 95% y una significación p≤ 0,05.

Para su análisis, las categorías según la edad fueron de 21 a 30 años, de 31 a 40 años, de 41 a 50 años, de 51 a 60 años y mayores de 60; según el turno de trabajo en jornada diurna (excluye trabajar noches) y jornada nocturna (incluye trabajar de noche); para la actividad física: sedentarismo (no realiza ejercicio), uno o dos veces por semana, tres o cuatro veces por semana y más de cinco días a la semana.

Se estableció una hipótesis nula donde no existe relación entre trabajar con turno nocturno y un aumento del IMC de la población a estudio.

El estudio se llevó a cabo cumpliendo los requisitos legales y las directrices de buena praxis y de la declaración de Helsinki (actualización de octubre de 2008 de la asociación médica mundial sobre los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos). Los datos obtenidos del estudio se trataron según la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) 15/1999, de 13 de diciembre y la Ley 41/2002, de 14 noviembre, Básica y Reguladora de la Autonomía del Paciente, de Derechos y Obligaciones en materia de Información y Documentación Clínica, garantizando la confidencialidad de la información proporcionada.

 

Resultados

La muestra representó el 43% de la población con un nivel de confianza del 95% y un margen de error de 2,5%. La edad media de la población a estudio fue de 48,62 años (rango 21-70), el 65% se encontraba entre los 41 a 60 años. En el Gráfico 1 se puede observar la distribución por edad.

El porcentaje de casos fue del 50,39%, en la Tabla 1 se registra la distribución según el IMC. Padecían sobrepeso el 33,67% y obesidad el 19,72% del total de los trabajadores. La población expuesta fue del 52,91%. El 73% fue mujer. La prevalencia de obesidad fue de 17,8% en mujeres y 14,7% en varones.

En la Gráfico 2 se observa la distribución de la muestra según su categoría profesional. Respecto a la actividad física, el 33,8% llevaba una vida sedentaria, un 27% la realizaba un día a la semana, un 20,5% entre tres y cuatro días a la semana y un 18,6% de cinco a siete días a la semana.

El realizar trabajo nocturno no supone un factor de riesgo para tener un IMC > 25 (R= 0,90). Al realizar análisis estratificado por grupos de edad se obtuvo que el grupo de edad comprendido entre los 21 y 30 años presenta un R= 1,53; IC95% (0,40-5,95) p= 0,5. El grupo de edad entre 41-50 años presentó R= 1,39 con IC95% (1,09-1,79) p= 0,008.

Por categoría profesional se obtuvo que ser médicos/as es un factor protector R= 0,68 IC95% (0,52-0,89), p= 0,006. Mientras que los trabajadores con categoría profesional de oficios presentaron el doble de riesgo de estar por encima de un IMC de 25, R= 2,08 IC95% (1,35-3,17) p= 0,0007.

En el resto de puestos de trabajo no se encontró significación estadística en sus resultados.

Respecto al ejercicio físico entre cinco y siete días a la semana se obtuvo que era un factor protector (23%), frente al sobrepeso y obesidad y trabajar en horario nocturno, pero no fue significativo, como el resto de opciones independientemente de los días que se realizase ejercicio, incluyendo el no hacerlo.

En cuanto al sexo, los hombres tienen un riesgo superior frente a las mujeres, R= 1,78 IC95% (1,59-2,01) p< 0,05.

 

Discusión y conclusiones

Con los datos estudiados globalmente no se puede determinar una relación directa de padecer sobrepeso/obesidad y realizar trabajo nocturno; sin embargo, al realizar un análisis estratificado por edades se confirma la relación entre trabajo con horario nocturno y aumento del IMC. Los datos concuerdan con los estudios realizados por Silveira (23) en 2013 y Manenschijn (24) en 2011. Hay pocos estudios que relacionen la turnicidad como factor de riesgo para el sobrepeso y la obesidad, a pesar del gran interés que suscita al actuar en diversas enfermedades metabólicas y motoras como factor de riesgo y las repercusiones que de ella se derivan en el organismo. En el presente estudio, el 17,8% de mujeres y 14,7% de hombres tienen obesidad, datos que están dentro del rango que la OMS proporciona en población adulta (15-30%) (26).

El trabajar a turnos en edades comprendidas entre los 41 a 50 años se asocia a un IMC> 25 por lo que difiere de otros que asociaba edad joven con aumento de IMC (25). 

Un resultado que se encuentra y que no se confirma en otros estudios (27) es que la población masculina tiene un riesgo superior, al trabajar a turnos, de tener un IMC> 25 frente a la población femenina. El tener estudios superiores y trabajar acorde a ello es un factor protector, mayor cultura, mayor economía, si bien no se descarta la posible influencia de otras variables no estudiadas.

Los resultados de este estudio pusieron de manifiesto que la prevalencia de obesidad de la muestra coincide con la de la población global de la C. Valenciana (16,4%) 17,8% en mujeres y 14,7 en varones, existiendo una relación entre el trabajo rotativo con horario nocturno y el aumento del IMC.

Con los datos estudiados globalmente no se puede determinar una relación directa de padecer sobrepeso/obesidad y realizar trabajo nocturno; sin embargo, al realizar un análisis estratificado por edades se confirma la relación entre trabajo con horario nocturno y aumento del IMC.

El llevar a cabo un estudio trasversal no permite demostrar causalidad entre variables, a pesar de haber medido algunos indicadores de riesgo; junto con la voluntariedad de la vigilancia de salud en los lugares del trabajo, según LPRL, serían las limitaciones detectadas. Como fortaleza se encuentra el gran tamaño muestral que se ha usado para esta investigación.

Quedan abiertas nuevas líneas de investigación que conjuguen diferentes valoraciones antropométricas, junto con el registro de marcadores biológicos, con la finalidad de precisar la relación existente propuesta en este estudio.

Es necesario empoderar a los trabajadores que incluyen en su horario laboral la nocturnidad, la importancia de tomar comidas ligeras durante el turno de noche, disminuir la ingesta de líquidos antes de ir a dormir, evitando las bebidas con excitantes descansando en un ambiente oscuro y sin ruidos y, al levantarse, realizar algún tipo de ejercicios con regularidad.

 

Bibliografía

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6. Realización de un mapeo participativo en un barrio de Zaragoza (España)

 

Autores

1 Saray Aparicio Juez
2 Patricia Andrés Agorreta
3 María García Júlvez
4 Natalia Formento Marín
5 Laura Romero Fernández
6 Carmen Brun Soteras

  1. Especialista en enfermería familiar y comunitaria. Enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos de Traumatología del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  2. Especialista en enfermería familiar y comunitaria. Enfermera en el Centro de Salud La Jota en el sector I. Zaragoza.    
  3. Especialista en enfermería familiar y comunitaria. Enfermera en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  4. Especialista en enfermería familiar y comunitaria. Enfermera en el Servicio de Unidad de Rodilla y Cirugía Plástica en el Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. 
  5. Especialista en medicina familiar y comunitaria. Medico en el Centro de Salud de Rebolería en el sector II. Zaragoza.
  6. Diplomada Universitaria en Enfermería. Enfermera en el Centro de Salud de Rebolería en el sector II. Zaragoza.

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Resumen

Introducción: este proyecto de mapeo participativo en un barrio de Zaragoza, España, se llevó a cabo con el objetivo de identificar los activos de salud del barrio, crear un mapa de activos, establecer redes de contacto entre los principales agentes comunitarios y evaluar la calidad del proyecto.

Método: se utilizó una metodología estructurada de mapeo mediante técnicas de participación con los diferentes grupos, basada en la bibliografía revisada.

Resultado: identificación de 117 activos y su visibilización a través de un mapa virtual.

Conclusiones: el uso de una metodología participativa favoreció la identificación de un mayor número de recursos comunitarios en el barrio, posibilitando la creación de un mapa digital accesible para difundir los resultados y reforzando la relación entre diferentes entidades y grupos del barrio, obteniendo en su evaluación de calidad un proyecto que desarrolla las aptitudes

Palabras clave: mapeo geográfico; participación de la comunidad; agentes comunitarios de salud; redes comunitarias; enfermería en salud comunitaria promoción de la salud.

 

Title: Implementation of a participatory mapping in a Zaragoza´s neighborhood (Spain)

Abstract

Introduction: this project of participatory mapping in a neighborhood of Zaragoza, Spain, has been maintained with the aim of identifying the health assets of the neighborhood, create an asset map, establish contact networks among the main agents and evaluate the quality of the project.

Method: a structured methodology of mapping was used by participation techniques with different groups, based on the revised bibliography. 

Result: the identification of 117 assets and their visibility through a virtual map.

Conclusions: the use of a participatory methodology favored the identification of a greater number of community resources in the neighborhood, enabling the creation of an accessible digital map to disseminate the results and strengthen the relationship between different entities and neighborhood groups, obtaining in their Quality evaluation project to develop personal skills, strengthen community action and create healthy environments.

Palabras clave: geographic mapping; community participation; community health workers; community networks; community health nursinghealth promotion.


 

Introducción

La salud se ve influenciada por diversos factores socioeconómicos, culturales y ambientales (1), por lo que requiere un abordaje desde el ámbito de la salud comunitaria capaz de intervenir en los determinantes relacionados con las capacidades personales, comunitarias y recursos del entorno (2,3). 

La evidencia científica que respalda proyectos de coordinación entre los servicios sociosanitarios y los recursos de los barrios cada vez es mayor (4,5). Ya en los años 70, Antonovsky, médico sociólogo, desarrolló la teoría de la salutogénesis, que presentaba el modelo de salud en positivo, centrado en la resolución de problemas y en la búsqueda de soluciones a partir de los propios recursos, alejado del enfoque biomédico centrado en la enfermedad (6). 

Como consecuencia de este cambio de enfoque adquieren valor los denominados activos de salud, definidos como cualquier factor (o recurso) que mejora la capacidad de las personas, grupos, comunidades, poblaciones, sistemas sociales y/o de las institucionales para mantener y conservar la salud y el bienestar, favoreciendo también la reducción de las desigualdades sanitarias (6). 

En los años 90, Kretzman y McKnight desarrollaron un modelo de activos comunitarios donde proponían identificar los activos de las comunidades elaborando un mapa (6). Con el fin de integrar este modelo de atención en la realidad actual y tratar de crear una red de relaciones entre los recursos del barrio, los autores del presente artículo se propusieron desarrollar un mapa interactivo, que agrupara y mostrara todos los recursos, asociaciones y organizaciones que pueden mejorar la salud de la comunidad. 

Un mapa de activos de salud se concibe como una herramienta capaz de aumentar el conocimiento de los recursos, a disposición de los profesionales y de la comunidad, con el fin de aumentar el bienestar, conservar y/o mejorar la salud y ayudar a disminuir las desigualdades sociales (6). Pero no solo es importante el resultado final del mapa, sino también su desarrollo, ya que al ser un proceso participativo que favorece la relación entre profesionales de salud y vecinos, consigue empoderar a la población y fomentar el enfoque positivo de la salud en la comunidad (7).

Este estudio surgió por iniciativa de la Comisión de Actividades Comunitarias del centro de salud y un representante del Plan Integral del Casco Histórico de Zaragoza, tras detectar el desconocimiento existente de los recursos del barrio por la mayoría de los profesionales sanitarios, así como por una gran parte de la población.

Los objetivos del estudio fueron:

  • Identificar los activos de salud del barrio junto con diferentes grupos de la comunidad.
  • Crear un mapa virtual que recoja todos los activos de salud identificados en el estudio.
  • Favorecer la relación y trabajo coordinado entre las distintas entidades del barrio.
  • Evaluar la calidad del proyecto mediante los criterios de calidad de la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de Salud (RAPPS).

 

Material y método

Se desarrolló un proyecto de identificación de activos comunitarios en el barrio Casco Histórico de Zaragoza (2018-2019) mediante una estructura de investigación-acción-participativa, siguiendo como modelo la metodología utilizada por Botello et al. (8).

A continuación se describen las fases llevadas a cabo para el desarrollo de un mapeo de activos participativo (8,9):

Fase 1. Identificación de los agentes locales y presentación del proyecto (octubre 2018)

En primer lugar se presentó la propuesta del estudio al Consejo de Salud del barrio y al resto del personal del centro de salud, donde se identificaron agentes relevantes del lugar, teniendo en cuenta la trayectoria de colaboración previa con el centro de salud y la participación de personas de todas las edades.

Las asociaciones seleccionadas fueron: una asociación de vecinos, el hogar de mayores, un colegio e instituto público, con los que se estableció un primer contacto para explicar el proyecto.

Fase 2. Delimitación del mapeo y categorización de los recursos de salud identificados (octubre-noviembre 2018)

Se utilizó un mapa de la zona básica de salud y se dividió en cuatro cuadrantes para facilitar la identificación y registro de los recursos, asignándose un cuadrante a cada asociación, en función de su localización. Además, se decidió la clasificación que se iba a utilizar para los diferentes tipos de recursos.

Fase 3. Trabajo inicial con los agentes del terreno (noviembre-diciembre 2018)

Se realizó un primer encuentro con una persona de cada recurso (directora del centro de mayores, profesores y jefes de estudios del colegio e instituto y presidenta de la asociación de vecinos), seleccionadas por su interés en el proyecto o su responsabilidad en el mismo.

El grupo motor, constituido por personal del centro de salud y especialistas en enfermería familiar y comunitaria, como apoyo técnico, llevó a cabo diversas reuniones con las cuatro entidades seleccionadas, donde se explicó el proyecto y se les invitó a participar en el mismo. Las cuatro entidades aceptaron colaborar voluntariamente, por lo que se fijaron fechas diferentes para la realización de las actividades pactadas con cada recurso.

Fase 4: Trabajo de campo en la comunidad (diciembre 2018)

Se desarrollaron actividades con las cuatro entidades del barrio seleccionadas, con el objetivo de fomentar la participación de la comunidad en el proyecto y conocer los activos que generan salud para las personas que viven en el barrio, así como su visión y relevancia (Tabla 1).

 

Actividad 1. Identificación de activos con la asociación de vecinos

Se realizó una presentación previa de la actividad en la asociación de vecinos, en la que se explicó la utilidad del mapeo a las principales coordinadoras y la dinámica a seguir.

La actividad se llevó a cabo por seis mujeres, todas ellas participantes activas en la asociación, realizando talleres, clases y actividades comunitarias en el barrio, trabajando en red de forma habitual con varios recursos de la zona, por lo que poseían un conocimiento privilegiado de la misma.

Se conformaron dos grupos y se dividió el cuadrante del barrio seleccionado en dos partes. Cada grupo de tres mujeres recorrió el barrio, anotando los datos de los recursos que ellas consideraban de interés en una hoja previamente diseñada para tal efecto (Imagen 1).

 

Además de reflejar los datos de los activos en las hojas de recogida, las participantes entraron a varios de los recursos para hablar con sus trabajadores y conocer sus actividades, de forma que la recogida de información fuera más exhaustiva.

Actividad 2. Mapa vivencial con el hogar de mayores

La directora del hogar de mayores fue la encargada de difundir la actividad y atraer participantes, siendo finalmente 10 personas, previa inscripción, las que acudieron a la actividad (nueve mujeres y un hombre).

Para el desarrollo de la actividad se realizó un mapa a gran escala donde se dibujaron las principales calles, plazas, parques e infraestructuras del barrio, para que los participantes identificaran los activos de salud. También se emplearon imágenes antiguas del barrio para el desarrollo de una investigación narrativa (storytelling), que se define como la invitación a la gente a contar y compartir historias sobre cómo se han enfrentado a situaciones difíciles (8).

En primer lugar, los asistentes realizaron una pequeña presentación de su trayectoria de vivencias en el barrio para continuar con la presentación de la dinámica del mapa vivencial, donde cada asistente tenía que identificar un aspecto positivo del barrio, tanto material como emocional. Podían utilizar las fotos para ilustrar sus emociones y recuerdos y un recurso que actualmente les produjera bienestar. La dinámica fue muy fluida y surgieron multitud de temas de conversación sobre el barrio.

Actividad 3. Photovoice en el instituto

La actividad del mapeo se efectuó con una clase de 1º de Bachillerato artístico del instituto de educación secundaria, seleccionada por el profesor con el que los autores habían contactado previamente.

Debido a la familiarización de los jóvenes con las nuevas tecnologías, pareció oportuno la incorporación de la técnica photovoice en este grupo. Se define un photovoice como una reflexión y discusión para describir e intercambiar impresiones a través de fotografías de la comunidad; dar voz social a las fotografías, explicar el propio punto de vista con una pequeña descripción (8,10).

En primer lugar, se explicó en qué consiste un mapa de activos y cómo llevar a cabo la técnica seleccionada. Mediante material audiovisual, fotografías y vídeos explicativos se cumplimentó y amplió la ficha de autorregistro con la localización y descripción del activo.

La clase se dividió en seis grupos de tres o cuatro personas cada uno, y a cada grupo se le asignó una zona de mapeo para evitar duplicar el trabajo. Los alumnos identificaron los recursos de la zona junto con los profesores y los profesionales de salud y contactaron con las diferentes entidades para adquirir información sobre los mismos. La actividad terminó con una reflexión grupal final, donde se resolvieron las dudas y se compartieron las impresiones surgidas durante la jornada.

Actividad 4. Mapeo con alumnos del colegio

La actividad se llevó a cabo con dos clases de 6º de Primaria, de 20 alumnos cada una. Previamente se realizó en la biblioteca del colegio una presentación donde se explicó en qué iba a consistir la actividad y se debatió acerca de qué se consideraba la salud en positivo y las actividades que desarrollaban diariamente para mejorar su salud.

Se comenzó el mapeo con un profesor y una colaboradora del centro de salud por grupo y, con apoyo de un mapa, un alumno/a responsable se encargó de guiar a cada grupo por la zona delimitada para su mapeo.

Durante la identificación de recursos, los estudiantes rellenaron las hojas de registro para luego incluir los datos en el mapa web; además, los estudiantes ampliaron la información de varios recursos a través de entrevistas a trabajadores. 

Finalmente se incluyeron entre los activos los identificados por el equipo coordinador del proyecto y los proporcionados por la Unidad de Salud Mental del Centro de Salud. 

Fase 5: Visibilización en la web (enero-febrero 2019)

Mediante un registro se recogieron todos los activos identificados y se utilizó la plataforma Google Maps para localizarlos y añadir una breve descripción de cada uno (11). 

Fase 6: Transferencia a los agentes locales y a la población (marzo 2019)

Como método de transferencia de los resultados a la población se realizó una “Fiesta del mapeo” en la que se reunieron los participantes del proyecto y vecinos interesados en la actividad, donde se expuso el proyecto, su desarrollo mediante un vídeo y exposiciones de varios participantes y el resultado final del mapa virtual. Así mismo, este encuentro se utilizó para la identificación y registro de nuevos activos, por lo que también sirvió como técnica de recogida de datos (8).

Para la evaluación de la calidad del diseño y puesta en marcha del proyecto se han valorado los criterios de la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de la Salud (RAPPS), basada en los cinco ejes de promoción de la salud de la carta de Ottawa (12):

1. Fortalecer la acción comunitaria.

2. Desarrollar las habilidades personales.

3. Crear entornos que apoyen la salud.

4. Reorientar los servicios.

5. Construir una política saludable.

Aportaciones éticas, legales y morales: todos los participantes aceptaron de forma verbal su participación voluntaria. No ha sido utilizado ningún dato personal de estos durante el estudio.

 

Resultados

Se creó un mapa en una plataforma digital donde se recogieron los activos identificados, un total de 117, y mediante el consenso del equipo organizador del mapeo se clasificaron en los siguientes grupos: 22 recursos sociales y sanitarios, cinco de educación y formación, 28 en relación a cultura y ocio, 17 de deporte y actividad física, cinco de infancia y juventud, cinco para mayores, 24 asociaciones y fundaciones, cinco parroquias y entidades religiosas y otros seis no incluidos en ninguno de los grupos anteriores. 

Durante la realización de las diferentes actividades, los participantes identificaron aspectos positivos del barrio; la buena comunicación con el centro de la ciudad, la abundancia de zonas peatonales, el coste de la vida más económico que en los alrededores, la cercanía al centro de salud y el comercio local. También se habló de la tendencia a la desaparición del comercio local por la llegada de las grandes superficies, perdiendo esa familiaridad entre los vendedores y vecinos.

En cuanto a los recursos identificados como fuente de bienestar se habló de los parques, plazas y zonas de paseo en un entorno natural, asociaciones de baile, mercadillos culturales, el centro de salud, fiestas del barrio y el hogar de mayores, donde realizan numerosas actividades sociales, culturales y de promoción de salud. Respecto a las historias vividas por las personas mayores del barrio, muchos se remontaban a las relaciones cercanas entre los vecinos y al sentimiento de pertenencia al barrio, recordando aquellos lugares que les evocaban gratos recuerdos de su juventud (Imagen 2).

Las actividades tuvieron una evaluación positiva por los participantes, puesto que identificaron muchos recursos que no conocían previamente y les ayudó a reflexionar sobre el concepto de salud hacia un enfoque más positivo.

En el mapa también se creó una delimitación de la zona básica de atención del centro de salud, a pesar de que se incluyeron también algunos recursos fuera de esta zona por la relevancia de estos para la comunidad.

Como resultados de la evaluación de la calidad del diseño y puesta en marcha del proyecto según la RAPPS (12) para cada eje, se analizaron las cuestiones sobre su diseño y los criterios de calidad de la práctica de promoción de la salud. En los datos obtenidos de la calidad del proyecto se observa peor resultado en los indicadores de construir políticas saludables y reorientar los servicios. Sin embargo, desarrollar las aptitudes personales, fortalecer la acción comunitaria y crear entornos que apoyen la salud fueron los indicadores con mejores puntuaciones (Imagen 3).

 

 

Discusión y conclusiones

Los autores de este artículo consideran que trabajar la salud comunitaria mediante un enfoque positivo de salud, basado en los recursos y potenciales de la comunidad, puede favorecer el empoderamiento de la misma, haciéndole partícipe en programas sociosanitarios y en la toma de decisiones (13).

Tras comparar el estudio con trabajos similares (13) se ha observado que algunas de las técnicas empleadas han coincidido, como en el caso de la fiesta del mapeo, photovoice y observación participante. Sin embargo, parece interesante la posibilidad de incorporar a futuros trabajos otras como: análisis de redes sociales, entrevistas y grupos de discusión; ya que pueden ayudar a entender mejor la realidad de una comunidad y aportar información o ideas importantes. Pese a ello, cabe destacar que el presente estudio implica a personas de todas las edades, mientras que otros similares solo tienen en cuenta a una pequeña parte de la población, como son los niños entre 10-13 años (13). Aun así se concluye que la representatividad de los participantes en este estudio podría mejorarse realizando un análisis más amplio de los perfiles de la población que se abarca.

La participación, compromiso y motivación de todas las personas participantes en el estudio ha sido muy elevado, al igual que en otros estudios semejantes (13). Además, se ha conseguido que la población implicada comprenda el concepto de salud con un enfoque positivo, que ellos mismos pueden modificar. 

El mapeo de activos puede considerarse una herramienta útil para favorecer la participación de la comunidad y potenciar el conocimiento de esta entre la población y los profesionales sanitarios que trabajan a diario con ella, ya que los activos de salud de un barrio no siempre son tan evidentes para todas las personas y su visibilización puede ayudar a aumentar las fortalezas de una comunidad.

Finalmente se espera que la colaboración entre entidades continúe y que el mapa de activos pueda ayudar a mejorar la salud del barrio.

Limitaciones del estudio y líneas de investigación futuras: destaca entre las limitaciones la dificultad en la evaluación de algunos de los indicadores cualitativos del estudio. Por otro lado, se espera que el mapa sea una herramienta útil que ayude a la recomendación de activos y se propone como línea de investigación futura un proyecto que evalúe la efectividad de esta herramienta, con la finalidad de ampliar la evidencia científica en relación con su recomendación.

Como conclusiones, el uso de una metodología participativa favoreció la identificación de un mayor número de recursos comunitarios en el barrio, posibilitando la creación de un mapa digital accesible para difundir los resultados y reforzando la relación entre diferentes entidades y grupos del barrio, obteniendo en su evaluación de calidad un proyecto que desarrolla las aptitudes personales, fortalece la acción comunitaria y crea entornos saludables.

 

Financiación

El estudio ha sido financiado por el Plan Integral del Casco Histórico (PICH) de Zaragoza, dentro de la línea estratégica 1: Participación, Convivencia y Cohesión Social, como proyecto de acción y transformación integral de la zona, que afecta a dos ámbitos:

  • La rehabilitación del espacio urbano y socioeconómico.
  • La revitalización social y humana de las personas en el ámbito individual, familiar y colectivo.

 

Conflicto de intereses

Ninguno.

 

Bibliografía

[1]    Dahlgren G, Whitehead M. Policies and strategies to promote social equity in health. Stockholm, Sweden: Institute for Futures Studies; 1991.

[2]    Bickerdike L, Booth A, Wilson PM, Farley K, Wright K. Social prescribing: less rhetoric and more reality. A systematic review of the evidence. BMJ Open 2016; 7.

[3]    Álvarez-Dardet C, Morgan A, Ruiz Cantero MT. Improving the evidence base on public health assets - the way ahead: a proposed research agenda. J Epidemiol Community Health. 2015; 69:721-3.

[4]    Hernán M, Antony M. Promoción de la salud y del bienestar a través del modelo de activos. Rev Esp Sanid Penit. 2013; 15:78-86.

[5]    Cofiño R, Aviñó D, Benedé B, Botello B, Cubillo J, Morgan A, et al. Promoción de la salud basada en activos: ¿cómo trabajar con esta perspectiva en intervenciones locales? Gac Sanit. 2016; 30(1):93-8.

[6]    Hernán M, Antony M, Mena LA. Formación en salutogénesis y activos para la salud. Serie Monografías EASP, Nº 51. Granada: Escuela Andaluza de Salud Pública; 2010.

[7]    Cubillo-Llanes J, Botello-Díaz B, Gea-Caballero V, March S, Segura-Benedicto A, Hernán-García M. Activos: de los mapas al territorio. Informe SESPAS 2018. Gac Sanit 2018; 32:98-102.

[8]    Botello B, Palacio S, García M, Margolles M, Fernández F, Hernán M, et al. Metodología para el mapeo de activos de salud en una comunidad. Gac Sanit. 2013; 27(2):180-3.

[9]    Dirección General de Salud Pública y Servicio de Salud de las Islas Baleares. Guía para la elaboración del mapa de activos en salud en las Islas Baleares. Saludcomunitaria [blog]. [citado 8 may 2019]. Disponible en: https://saludcomunitaria.wordpress.com/2016/02/11/guia-para-la-elaboracion-del-mapa-de-activos-en-salud-en-las-islas-baleares/

[10]    Hergenrather K, Rhodes S, Bardhoshi G. Photovoice as Community-Based Participatory Research: A Qualitative Review. Am J Health Behav. 2009; 33(6):686-98. 

[11]    Mapeo de activos Rebolería. Google Maps [Internet]. [citado 8 may 2019]. Disponible en: https://bit.ly/2Bcb72n

[12]    Granizo C, Gallego J. Criterios de calidad de la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de Salud. Departamento de Salud y Consumo. Zaragoza: Gobierno de Aragón; 2007.

[13]    Generación de mapas de activos de salud por población infantil de una localidad de la Subbética Cordobesa. Comunidad Semfyc [Internet]. [citado 8 may 2019]. Disponible en: https://comunidadsemfyc.es/generacion-de-mapas-de-activos-de-salud-por-poblacion-infantil-de-una-localidad-de-la-subbetica-cordobesa/.

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