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La profesora Elena García-Cuevas, experta en Enfermería Comunitaria y miembro del Grupo de Trabajo de Voluntariado y Cooperación de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), ha participado como representante de la AEC en el Grupo de Trabajo sobre Sinhogarismo y Salud, convocado por el Ministerio de Sanidad, en el marco del desarrollo de estrategias para mejorar el acceso y la atención sanitaria de las personas en situación de sinhogarismo.
Esta participación se enmarca dentro de la jornada celebrada el martes 25 de noviembre en la sede del Ministerio de Sanidad, titulada “La salud como derecho: el sinhogarismo y los desafíos del sistema sanitario público”, organizada por el propio Ministerio y la entidad HOGAR SÍ.
Sesión de la mañana: Jornada “La salud como derecho”
Durante la sesión de la mañana, celebrada en la Sala Ernest Lluch del Ministerio de Sanidad, se dieron cita profesionales del ámbito sanitario, representantes institucionales y personas con experiencia en primera persona, con el objetivo de reflexionar colectivamente sobre los retos que presenta el sinhogarismo para el sistema sanitario público.
A lo largo de la jornada se abordaron datos, barreras estructurales y propuestas para avanzar hacia un modelo de atención que garantice el derecho a la salud sin exclusiones, poniendo el foco en la equidad, la accesibilidad y el enfoque comunitario.
Sesión de la tarde: Reunión del Grupo de Trabajo de Expertos
Por la tarde, tuvo lugar el primer encuentro presencial del Grupo de Trabajo sobre Sinhogarismo y Salud, en el que participa Elena García-Cuevas en representación de la AEC como experta en Enfermería Comunitaria y por su experiencia como voluntaria en ONG que atienden a personas sin hogar.
La sesión, celebrada en el Ministerio de Sanidad, se organizó mediante una dinámica interdisciplinar en dos grupos de trabajo, en los que se debatieron:
Las barreras y facilitadores en el acceso al sistema sanitario por parte de las personas en situación de sinhogarismo.
La calidad y adecuación de la atención sanitaria y los cuidados ofrecidos a esta población en situación de extrema vulnerabilidad.
El objetivo de este grupo será formular recomendaciones concretas para la mejora de ambos ámbitos, que se seguirán desarrollando en una segunda fase de trabajo telemático.
Compromiso de la AEC con la salud comunitaria y la equidad
Desde la Asociación de Enfermería Comunitaria, valoramos muy positivamente la participación de nuestra compañera en este espacio de diálogo y construcción de políticas públicas, ya que refuerza el papel de la Enfermería Comunitaria en el abordaje de las desigualdades en salud y en la defensa del derecho universal a la atención sanitaria.
La implicación de profesionales de enfermería en este tipo de grupos de trabajo es clave para aportar una visión integral, cercana y basada en la práctica comunitaria, especialmente en contextos de alta vulnerabilidad como el del sinhogarismo.
La Asociación Riojana de Enfermedades Raras (ARER) celebró este viernes en el CIBIR las jornadas “Presente y Futuro en la Atención a las Enfermedades Raras (EERR) en La Rioja”, un encuentro dedicado a compartir avances, necesidades y propuestas para mejorar la atención a las personas que conviven con patologías poco frecuentes. La Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) La Rioja fue invitada a participar a través de la intervención de la enfermera familiar y comunitaria Luisa Seisdedos, poniendo en valor la mirada profesional de la enfermería de Atención Primaria en este ámbito.
La jornada fue inaugurada por Eva Martínez Ochoa, directora general de Salud Pública, y Miguel Ángel Echeitía, presidente de ARER. La primera ponencia estuvo a cargo de Enrique Ramalle, enfermero y responsable de la Sección de Información Sanitaria quien expuso las acciones de vigilancia epidemiológica en la línea estratégica de Enfermedades Raras dentro del Plan de Salud de La Rioja.
La figura del gestor de casos: una necesidad emergente para mejorar la coordinación
En representación de FEDER nacional se recordó la importancia de avanzar hacia la implantación real de la figura del gestor o gestora de casos, un perfil clave para coordinar itinerarios asistenciales, facilitar la continuidad entre niveles y acompañar a las familias en procesos diagnósticos largos y complejos.
La experiencia de otras CCAA muestra que las enfermeras comunitarias y de práctica avanzada tienen un perfil idóneo para asumir la gestión y coordinación de casos en enfermedades raras, gracias a su visión integral, su capacidad de acompañamiento y su cercanía a las familias.
En este sentido, las propuestas estratégicas presentadas por ARER reforzaron la necesidad de articular equipos multidisciplinares, mejorar la coordinación entre especialistas y Atención Primaria, desarrollar guías de actuación coherentes, crear protocolos para situaciones de urgencias y ampliar servicios especializados para patologías neuromusculares. Todo ello con un objetivo claro: que las personas afectadas reciban una atención más homogénea, accesible y adaptada a sus necesidades reales.
La mirada enfermera desde Atención Primaria
La intervención de Luisa Seisdedos, enfermera familiar y comunitaria y socia de la AEC, aportó una perspectiva imprescindible: la de la Atención Primaria como primera puerta de entrada y como ámbito privilegiado para detectar, acompañar y coordinar necesidades de salud en personas con enfermedades raras.
Seisdedos estructuró su exposición en torno a tres momentos: pasado, presente y futuro. En su revisión del pasado, recordó cómo durante décadas el diagnóstico llegaba tras un largo periplo por consultas y especialidades, y cómo, en muchas ocasiones, se comunicaba sin la empatía ni las habilidades comunicativas necesarias. Esto generaba sentimientos de soledad, incertidumbre y desorientación, obligando a muchas familias a buscar información por su cuenta en fuentes no siempre confiables.
En el presente, destacó que el sistema sanitario cuenta con profesionales más formados en habilidades relacionales, aunque persiste una gran carencia en la formación específica sobre enfermedades raras tanto en la formación universitaria como en el desarrollo profesional posterior. La baja prevalencia de estas patologías dificulta, además, que las enfermeras adquieran experiencia suficiente para abordarlas con seguridad.
De cara al futuro, defendió la necesidad de implantar en La Rioja la figura de una Enfermera Gestora de Casos, especialmente en el momento del diagnóstico, cuando las personas requieren múltiples citas, servicios y apoyos. Expuso ejemplos de comunidades vecinas (País Vasco, Navarra…) que ya cuentan con estructuras avanzadas de coordinación mediante enfermeras gestoras de atención primaria u hospitalaria, u otros perfiles integrados en centros de referencia, demostrando que existen modelos viables y eficaces que podrían adaptarse al contexto riojano.
También subrayó la necesidad de trabajar desde Atención Primaria con planes de cuidados enfermeros (PAE) estructurados, que permitan realizar valoraciones integrales, identificar recursos familiares, sociales y comunitarios, promover la autonomía y garantizar una atención continuada, sistemática y centrada en la persona. Insistió en la importancia de incluir el acompañamiento emocional y la educación sanitaria como elementos inseparables del cuidado enfermero en el ámbito de las enfermedades raras.
Agradecimiento y compromiso de AEC La Rioja
AEC La Rioja desea expresar su agradecimiento a ARER por su invitación y por reconocer el valor de la enfermera familiar y comunitaria en la atención a las enfermedades raras. La participación en estas jornadas refuerza el compromiso de la Asociación con la promoción de cuidados integrales, integradores y basados en la evidencia.
Desde AEC La Rioja seguiremos trabajando para impulsar la implantación de la especialidad de enfermería familiar y comunitaria, así como figuras de práctica avanzada que contribuyan al desarrollo de un modelo de atención integral que sitúe a la persona y su entorno en el centro del sistema.
La Conselleria de Sanidad ha publicado en el DOGV del 1 de diciembre de 2025 la convocatoria del concurso de méritos correspondiente a las OPE 2023 y 2024 para cubrir plazas declaradas de difícil cobertura. La convocatoria incluye 42 plazas para Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC).
Se puede presentar cualquier especialista en EFyC de cualquier Comunidad Autónoma.
Se trata de una oportunidad excepcional de acceder a una plaza fija sin examen, mediante un proceso de concurso de méritos regulado por el Decreto Ley 2/2024, creado para asegurar la cobertura estable de los departamentos con mayor déficit estructural.
Departamentos donde se ofertan las plazas EFyC
Todas las plazas EFyC se concentran en los departamentos declarados oficialmente de difícil cobertura:
Elda
Dénia
Orihuela
Vinaròs
Requena
Estos departamentos fueron declarados de difícil cobertura por el Decreto Ley 2/2024 y por la Resolución de 20 de junio de 2024 del Conseller de Sanidad.
Plazo de inscripción
Del 2 al 23 de diciembre de 2025 (incluidos).
Sistema de acceso
El proceso es exclusivamente concurso de méritos.
Baremo (Anexo I):
Servicios prestados (hasta 30 puntos)
Desempeño en zona difícil(hasta 10 puntos)
Formación y titulaciones (hasta 15 puntos)
Idiomas (hasta 8 puntos)
Permanencia obligatoria
Las personas que obtengan plaza deben permanecer al menos 3 años en el destino adjudicado antes de solicitar traslado. Pero una vez transcurrido este plazo como tienes una plaza fija en propiedad en el SNS puedes solicitar traslados.
¿Por qué esta convocatoria es relevante para EFyC?
Supone la primera gran estabilización por méritos en zonas con déficit crónico de enfermería comunitaria.
Refuerza la atención primaria y rural, ámbitos esenciales para el modelo de salud comunitaria.
Permite obtener una plaza fija sin examen, valorando especialmente la experiencia previa como especialista.
Favorece la fidelización de profesionales en áreas donde la rotación es más elevada.
“Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida” desde la Enfermería Comunitaria
Este 1 de diciembre de 2025, Día Mundial de la Lucha contra el VIH/sida, ONUSIDA nos convoca bajo el lema «Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida». En un contexto de recortes de financiación y profundas desigualdades, el mensaje es claro: o reforzamos la respuesta comunitaria y basada en derechos, o ponemos en riesgo décadas de avances. Desde la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) nos sumamos a este lema y a las reivindicaciones de ONUSIDA, así como al trabajo sostenido de entidades como CESIDA, que siguen recordándonos que en España hay más de 150.000 personas que conviven con el VIH y que el estigma sigue siendo uno de los mayores desafíos.
Las personas que viven con VIH no solo necesitan fármacos eficaces: necesitan acompañamiento continuo, accesible, cercano y libre de juicios. Ahí es donde las enfermeras comunitarias marcan la diferencia, normalizando hablar del VIH en la consulta, preguntando sin morbo y sin miedo por los tratamientos, los efectos adversos, la adherencia, las relaciones personales y las preocupaciones del día a día, y ofreciendo una respuesta integral a sus necesidades clínicas, emocionales, sociales, espirituales y comunitarias. Preguntar por el VIH y por el tratamiento no es invadir, es cuidar. Convertirlo en un tema más de la valoración, con respeto, confidencialidad y lenguaje inclusivo, ayuda a sacar el VIH del “armario sanitario” y a romper la sensación de soledad que muchas personas siguen viviendo.
Las enfermeras comunitarias estamos en una posición privilegiada para identificar y acompañar a poblaciones especialmente vulnerables, como las personas migrantes, los hombres que tienen sexo con hombres, las mujeres trans y otras identidades disidentes, las personas que ejercen trabajo sexual, quienes usan drogas, la población reclusa o los y las jóvenes que inician su vida sexual en contextos con poca o nula educación sexo-afectiva de calidad. Pero es fundamental no perder de vista que el VIH no “pertenece” a ningún colectivo: puede afectar a cualquier persona, también a población heterosexual, personas mayores o personas que creen “no tener riesgo”. Esa tensión entre poner el foco donde más impacto tiene el virus y, al mismo tiempo, evitar discursos culpabilizantes o estereotipados, es un reto diario en nuestra práctica comunitaria.
La respuesta al VIH está cambiando rápidamente. A los tratamientos orales se suman terapias inyectables de acción prolongada que ya se están utilizando en gran parte del mundo y que pueden mejorar la adherencia, la calidad de vida y reducir el peso del estigma asociado a la toma diaria de pastillas. Además, la OMS ha incorporado de forma explícita en sus guías estos inyectables de acción prolongada, así como nuevas opciones de PrEP inyectable. Para las enfermeras comunitarias esto significa, como mínimo, conocer estas nuevas pautas, poder explicarlas en un lenguaje cercano, identificar qué personas pueden beneficiarse de ellas, por adherencia, movilidad o situación social, y coordinarse con los equipos hospitalarios que las prescriben. Estar al día no es solo un tema técnico: también es una forma de reducir desigualdades, porque quienes menos acceso tienen a información suelen ser quienes más se podrían beneficiar de estas innovaciones.
En el Día Mundial del VIH/sida, el mensaje de ONUSIDA insiste en que no habrá fin de la epidemia sin derechos humanos, sin comunidades y sin lucha contra el estigma. Las enfermeras comunitarias tenemos aquí una responsabilidad clave. Por un lado, en la lucha contra el estigma, desmontando mitos sobre las formas de transmisión, recordando que no se transmite por abrazar, besar o compartir vaso o espacio de trabajo, reforzando el mensaje de que una persona con VIH en tratamiento y con carga viral indetectable no transmite el virus, y visibilizando el VIH como una condición de salud crónica manejable y no como una “marca” moral. Por otro lado, en la educación sexual más allá de lo normativo y lo clásico: no basta con hablar de “preservativo y ya”, necesitamos una educación sexo-afectiva que incluya el consentimiento, poder decir que sí y poder decir que no sin presiones ni chantajes, la negociación de métodos de barrera sin vergüenza ni imposición, la corresponsabilidad en la prevención, la reflexión sobre el impacto hormonal de algunos métodos anticonceptivos en las mujeres y la consideración de la diversidad de cuerpos, orientaciones, identidades y prácticas, hablando de sexualidad real y no de un modelo único y normativo. Esta educación sexo-afectiva, cuando la hacemos las enfermeras comunitarias, se ancla en el territorio, se adapta a las realidades concretas de cada comunidad y se apoya en activos locales como asociaciones, grupos de jóvenes, colectivos LGTBIQ+ y entidades de VIH.
En este 1 de diciembre, la AEC se une al lema de ONUSIDA «Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida», poniendo el foco en que sin financiación, sin enfoque comunitario y sin derechos no habrá fin de la epidemia. Se alinea con las demandas de entidades como CESIDA, que piden poner en el centro a las personas que viven con VIH, combatir el estigma y garantizar una atención sociosanitaria integral y cercana, y reivindica el papel de las enfermeras comunitarias como profesionales clave para acompañar, educar y detectar desigualdades, cuidando y generando apoyo allí “donde la vida sucede”.
Como es habitual, cerramos con algunas recomendaciones culturales para seguir pensando, sintiendo y conversando sobre VIH más allá de las cifras:
El VIH y el sida. Un viaje de esperanza y resiliencia (Ed. Catarata, 2024). Un recorrido actualizado por la historia del virus, los tratamientos y los retos actuales, con una mirada centrada en la esperanza y la justicia social.
“Siempre que lo cuento” (CESIDA): un cortometraje que pone voz y cuerpo a la experiencia de vivir con VIH, abordando de frente el estigma, el miedo a contarlo y la necesidad de espacios seguros para poder narrarse en primera persona.
“Quince años perdidos”, de Dyssmery, cuenta la historia de una adolescente que adquiere el VIH en su primer encuentro sexual sin protección. Es una canción dura y directa, que invita a reflexionar sobre educación sexual, consentimiento y prevención más allá de los mensajes clásicos.
Te recomendamos seguir en la red socialInstagram a @gulitobp, Oliver Marcos, activista VIH+ y secretario general de CESIDA, que comparte divulgación clara y valiente sobre VIH, estigma, derechos y vida cotidiana de las personas que conviven con el virus.